domingo, 20 de julio de 2008

DIA DEL ESTUDIANTE







En las fotos, algunos estudiantes ganadores de premios rifados en su día.

Las luchas estudiantiles datan desde el 13 de Marzo de 1,909, cuando hubo manifestaciones contra el Presidente de entonces Rafael Reyes por la normalización de relaciones con los Estados Unidos después de arrebatarnos el canal de Panamá. A raíz de los hechos Reyes decreto el estado de sitio y encarceló a los dirigentes estudiantiles.
En Argentina estudiantes de la Universidad de Córdoba iniciaron un movimiento estudiantil tendiente a lograr la autonomía Universitaria y la libertad de cátedra. En la Universidad predominaba el nepotismo y las costumbres politiqueras de la rancia burguesía y la iglesia.
En 1.928, el presidente Miguel Abadía Méndez, a raíz de las huelgas bananeras de los obreros pertenecientes a United Fruit Company, nombra como jefe militar de la zona al Gr. Carlos Cortés Vargas, quien ordenó disparar contra los obreros originándose así la conocida Masacre de la Bananeras.
Un año después una manifestación estudiantil que conmemoraba la masacre y protestaba contra el general Cortés Vargas fue reprimida y murió el estudiante de la Universidad Nacional Gonzalo Bravo Pérez.
El sepelio fue narrado por Germán Arciniegas, en los siguientes términos: “Así llevamos a Bogotá, un día, entre seis tablas pintadas de negro, a Gonzalo Bravo. ¿Quién era Gonzalo Bravo? Naturalmente un estudiante. ¿Para qué Gonzalo Bravo estudió Leyes? Un soldado de la guardia presidencial le incrustó en el cerebro la idea única. Un estudiante asesinado es un gran dolor. En Cuba mataron a muchos blancos, a muchos negros, pero lo que la Historia recuerda es el sacrificio de los estudiantes. Bogotá toda condujo los despojos de Gonzalo Bravo caminando en silencio. Había algo más que las seis tablas de pino pintado: sobre ellas, una bandera de seda. Con sus colores vivos, sin crespones, oro escarlata, esmalte azul: una insurrección. Claro: detrás de la Universidad marchaba la República. Había dolor en el silencio, y alegría de juntar a todas las almas de Dios”
El 8 de junio de 1954, los estudiantes organizaron la conmemoración anual de la muerte de Gonzalo Bravo, con una marcha pacífica desde la ciudad universitaria hasta el palacio Presidencial. Durante el recorrido se presentaron algunas escaramuzas con la policía pero finalmente la marcha pudo continuar hasta el centro de la ciudad. Concluido el acto, cuando los manifestantes retornaban a la sede de la ciudad universitaria, repentinamente apareció la fuerza pública y una descarga de fusil segó la vida del estudiante de la Universidad Nacional, Uriel Gutiérrez.
Los estudiantes, sobrecogidos de indignación y zozobra, se replegaron a los predios de la universidad hasta altas horas de la noche y programaron una manifestación de protesta para el día siguiente. El 9 de junio, la marcha avanzaba por la carrera séptima en dirección al palacio Presidencial cuando apareció la orden verbal de disolverse. Los manifestantes se sentaron pacíficamente en los andenes y algunos líderes pronunciaron consignas y discursos. De un momento a otro, terminada una de las intervenciones, se escucharon las descargas de las carabinas punto 30, traídas de la guerra de Corea, disparadas por el ejército contra los estudiantes: “Sobre el pavimento quedaron 11 cadáveres, informó la prensa, y cerca de cincuenta heridos....el 9 de junio se engrosó el martirologio estudiantil de Colombia con los nombres de Uriel Gutiérrez, Álvaro Gutiérrez, Elmo Gómez Lucich (peruano), Hernando Morales, Rafael Chávez Matallana, Jaime Moure Ramírez, Hernando Ospina López, Hugo León Vásquez y Jaime Pacheco” (2).
Tres años después, cuando Rojas anunció su intención de permanecer más años en el poder, la cúpula de los partidos tradicionales y la alta jerarquía eclesiástica organizaron el paro cívico para derrocarlo, con la participación de los gremios económicos y masiva movilización estudiantil, en las principales ciudades. El 10 de mayo de 1957 el movimiento estudiantil representó una de las fuerzas principales del movimiento cívico que propició la caída del General Rojas Pinilla, razón por la cual fueron enaltecidos como “héroes de la democracia”.
Hoy, 50 años después, la persistencia de la universidad pública está gravemente amenazada por las políticas privatizadoras provenientes de los dictados del FMI y las presiones por convertir la educación en una mercancía transable en las negociaciones del ALCA. Internamente por la denominada “Revolución Educativa”, que se reduce al simplismo de aumentar cobertura con menos recursos, lo cual implica desmejorar la calidad y ofrecerle una nueva frustración a la juventud estudiosa del país que carece de recursos económicos para ingresar a las universidades privadas.
El pasado 18 de Julio, en la Institución se celebró el día del estudiante; fue variada la programación desarrollada; se inició con Hizada del Pabellón Nacional, evento en el cual se llevaron a cabo varias rifas. En el teatro se desarrolló una megafiesta, la cual incluyó concursos de baile y rifas en dinero, comiso y prendas de vestir. La verdad que los estudiantes se gozaron su día


Fuente: www.moirfranciscomosquera.org
Esp. Ramiro Rodríguez O.